El trabajo líquido y la adaptación de los entornos laborales

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Tradicionalmente, la idea del trabajo ha estado relacionada con la realización de un oficio a cambio de un salario fijo, con horarios y funciones establecidas, y con la posibilidad de desarrollar la carrera profesional en un mismo sitio hasta el momento de la jubilación. Es decir, un modelo sólido y con pocos cambios.

En el artículo de hoy en el blog hablaremos del trabajo líquido, un nuevo modelo de trabajo que nace como producto de la irrupción de la tecnología y los cambios que ha provocado en las relaciones laborales como la movilidad geográfica, la flexibilidad horaria o la autonomía para realizar las labores encomendadas.

Ya sea que como profesionales estemos interesados en trabajar bajo esta nueva modalidad o que formemos parte de una organización que la quiera implementar, existen tres características principales que definen si un entorno laboral es líquido:

  • Digitalización: Aprovechar las oportunidades que ofrece Internet, los programas informáticos y los dispositivos electrónicos, entre otros, para llevar a cabo las tareas de la compañía es uno de los aspectos principales. Por ejemplo, las reuniones virtuales que reemplazan a las presenciales, los archivos en formato digital que están accesibles a todos los colaboradores en lugar de documentos físicos guardados en la oficina o los sistemas de mensajería instantánea como alternativa a las conversaciones cotidianas.
  • Movilidad: Gracias a la tecnología podemos decir que cada empleado tiene la oficina en el ordenador, por lo que no necesita desplazarse de forma física a un lugar concreto para acceder a los recursos que le permiten desarrollar su trabajo. Esta posibilidad representa un ahorro de tiempo en los desplazamientos y la libertad para elegir desde dónde trabajar. Para las empresas, por ejemplo, significa una oportunidad de acceder a mercados y clientes de otros lugares sin tener presencia física allí.
  • Flexibilidad: Para los más jóvenes el trabajo no es el fin sino el medio para alcanzar sus objetivos, por lo que esta característica implica que las personas estén en el centro del modelo laboral, y puedan conciliarlo con su vida familiar. Las generaciones actuales -como los Millennials y la Generación Z- valoran cada vez más que se les reconozca por su talento, efectividad y los resultados antes que por el cumplimiento de horarios o su presencia en la oficina.

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