Hoy es 8 de marzo y hay movilizaciones en toda España con un carácter aún más reivindicativo si cabe que en años anteriores.
La discriminación salarial que hay entre hombres y mujeres, la existencia de un techo de cristal en muchas empresas que obstaculiza las aspiraciones de las mujeres, simplemente por una cuestión de género o el triste crecimiento de la violencia machista en España con más de 150.000 víctimas al año, son solo algunos de los motivos que llevan a miles de mujeres a manifestarse en una jornada de paro laboral, que muchos han categorizado de ‘huelga feminista’.
Todas estas mujeres que hoy salen a la calle para mostrar su malestar tienen antecesoras que a lo largo de la historia lucharon para lograr derechos que, aunque ahora nos parezcan básicos, en su época fueron grandes logros.
La primera vez que se habló del reconocimiento de Derechos Fundamentales para las Mujeres fue en la época de la Revolución Francesa.
Olympe de Gouges hace pública la Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana, dada la existencia de la Declaración de los Derechos del Hombre y el Ciudadano. Gouges propuso así que las mujeres tuvieran los mismos derechos que los hombres.
En la misma época Mary Wollstonecraft publicó el libro Reivindicación de los Derechos de la Mujer, proponiendo educación, derechos políticos y laborales iguales a los que tenían los hombres.
El reconocimiento del trabajo profesional de la mujer no llegó hasta el siglo XIX, en el Congreso de la Asociación Internacional de Trabajadores.
Pero aunque a partir de aquí se asentaron unas bases, el hecho de que hasta 1931 no se reconociera el derecho a voto a las mujeres en España, gracias a la lucha de Clara Campoamor, nos lleva a pensar en todos los años que la población femenina tuvo que seguir luchando.
Fue en 1960 cuando surgió el movimiento feminista con un claro objetivo de lucha: equidad salarial entre el hombre y la mujer. Algo que a día de hoy no se ha conseguido: Una mujer gana un 13% menos que un hombre en trabajos similares.
Muchas décadas han pasado desde entonces y aunque hayamos entrado en un nuevo siglo, aún queda mucho trabajo por hacer para que exista una igualdad real.
Nosotros, desde el Colegio de Graduados Sociales de Madrid, desarrollamos nuestra labor en el ámbito socio-laboral y económico, además de trabajar en la defensa del derecho laboral en pro de hombres y mujeres. Tenemos 365 días por delante hasta el próximo 8 de marzo, ¿hablaremos entonces de algún cambio significativo en la sociedad? Esperamos que la respuesta sea afirmativa.