El Departamento de Prevención de Mutua Intercomarcal, elabora anualmente un estudio sobre las enfermedades profesionales producidas en el último año, con un análisis comparativo con ejercicios anteriores. Los datos son principalmente extraídos del aplicativo para la comunicación de enfermedades profesionales de la Seguridad Social (CEPROSS).
Destacar que el principal objetivo del estudio consiste en ser una fuente de información para un conocimiento más profundo de las causas y características de las enfermedades profesionales y a la vez un punto de apoyo y asesoramiento para conseguir implantar medidas preventivas que redunden en una disminución de dichas patologías y una mejora de las condiciones laborales en la empresa.
Las conclusiones del último estudio perteneciente al año 2017, son que aproximadamente el 91% de las EE.PP. son debidas a agentes físicos. Estas enfermedades se producen principalmente por los actuales sistemas de producción y transformación que obligan al trabajador a mantener posturas forzadas, realizar movimientos repetitivos y desarrollar una elevada carga física en el trabajo.
El mejor cumplimiento de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales ha contribuido a la disminución de las enfermedades profesionales por agentes químicos, biológicos, inhalación de sustancias, y enfermedades producidas por agentes carcinógenos debido a la mejora de las condiciones laborales en las empresas.
El estudio sobre las ocupaciones de los trabajadores que han padecido enfermedades profesionales en el periodo estudiado, muestra evidencias claras sobre los factores de origen físico que inciden en la aparición de las mismas; el personal de limpieza, los peones de industrias manufactureras y los trabajadores de las industrias cárnicas son las profesiones que más casos aportan por sus características (movimientos repetitivos, sobreesfuerzos continuados, posturas forzadas mantenidas, manipulación manual de cargas, etc.).
En el análisis de los diagnósticos, observamos el mayor número de casos compatibles con posturas forzadas y movimientos repetitivos, así como los microtraumatismos que generan la aparición de enfermedades profesionales por su constante exposición; de este modo, los diagnósticos de epicondilitis lateral, atrapamiento del nervio cubital mediano (túnel carpiano), y tenosinovitis son los diagnósticos más observados.
Los procesos de enfermedad profesional acostumbran a tener una duración media superior a la de los accidentes de trabajo. Se observa una bajada de los casos de duración de más de 100 días, desde el 2015 (9%), hasta el 2017 (6%). La mayoría son debidos a agentes físicos, el pronóstico es leve, las posibilidades de éxito en los tratamientos e intervenciones quirúrgicas y rehabilitadoras son altas, y son pocos los casos que extinguen la duración máxima de la IT y/o finalizan con lesiones residuales invalidantes, lo cual se observa en que el 82% son procesos de menos de 51 días de duración.
Es de destacar la prevalencia de los casos que se han resuelto sin lesiones residuales de ningún tipo tendencia que va en aumento progresivo en los últimos tres años: curación y mejoría que permite la reincorporación al trabajo debido a un buen diagnóstico y tratamiento posterior.
En cuanto al cumplimiento de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, se observa que prácticamente la totalidad de las empresas realizan el reconocimiento médico inicial o periódico a los trabajadores que padecen una enfermedad profesional.
De la interpretación del artículo 22 de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, se establece la obligatoriedad de realizar el reconocimiento médico a los trabajadores en puestos de trabajo con riesgo de una enfermedad profesional ya que se considera imprescindible para evaluar los efectos de las condiciones de trabajo sobre la salud de los trabajadores.
Entre las medidas preventivas que son necesarias implantar en las empresas para evitar la aparición de estas enfermedades profesionales se encuentran:
- Medidas relativas a la organización del trabajo:
- Revisión de procedimientos de trabajo.
- Análisis de cargas de trabajo.
- Estudio de ritmos y pausas de trabajo.
- Autonomía.
- Monotonía.
- Rotaciones: reordenar los turnos para compensar personal de mayor edad con el personal más joven. Refuerzos de personal en horas de mayor trabajo.
- Formación y entrenamiento físico.
- Tratamiento médico: fisioterapeutas en centros de trabajo con una incidencia elevada de trastornos musculoesqueléticos (TME).
- Rediseño de puestos de trabajo.
- Mecanización de instalaciones.
- Programas de reducción de estrés laboral como factor determinante en los TME. Realización de evaluación de riesgos laborales psicosociales.